Vayamos
por orden de relevancia. Uno: el Romano volvió a acoger a casi 6.000
espectadores para un partido de Liga de Tercera en pleno mes de
febrero. Aunque se le dedique menos espacio porque no es la primera
vez, lean bien: es una señora animalada. Merece la pena acercarse
cualquier domingo para disfrutar de una estampa como esta, aunque no
haya fútbol. Como ayer.
Dos:
el césped... ¡ay, el césped! A día de hoy, el peor de Extremadura
sin duda. Y ya es decir, que a principios de temporada había por ahí
algún que otro Cuartillo. Es la excusa perfecta para justificar la
ausencia de fútbol. Como ayer. Y con razón, por cierto.
Tres:
lo más entretenido del partido aconteció cuando el balón no estaba
en juego. Una falta por aquí y la mitad de los jugadores del Díter
rodeando al árbitro pidiendo tarjeta y la otra mitad encarándose
con los futbolistas del Mérida. Otra falta por allá y la mitad de
los futbolistas del Mérida pidiéndole tarjeta al colegiado y la
otra mitad enganchándose con los jugadores del Díter. Una
simulación por allí y otra bronca. Una falta grave por allá y otro
tumulto. Protestas varias al trío arbitral. Varias melés al final
del partido entre un bando y otro. Gracias a todos de corazón,
porque a falta de fútbol...
Cuatro:
el Díter reclamó un penalti sobre Caldera al filo del descanso. Lo
era, pero el jugador azulino fue amonestado por simular. Raro, raro.
Luego sí le señalaron uno al Mérida en el ecuador de la segunda
mitad. Uno tonto, además. El balón se marchaba fuera, Mansilla que
hace el amago de ir, Piru lo agarra flojito de la camiseta un
segundo... y todo el estadio lo ve. También el árbitro, que estaba
al lado. Gol de Juan Germán. Y otro penalti que reclamó el Mérida,
que parecía claro si el sobaco no dice lo contrario, por manos
dentro del área en un sombrero de Mansilla ya casi al final del
choque.
Y
cinco: sí, es cierto, se jugó ayer un partido de fútbol en el
Romano. Pero es lo último en relevancia porque resultó un
simulacro. ¿El estado del terreno de juego? Pues sí, pero también
que Mérida y Díter no estuvieron lúcidos. Sobre todo el Mérida,
que completó un mal partido. Fue levemente mejor el equipo de Ito,
pero el penalti tonto fue a favor de los emeritenses, o sea que...
No
se esperaba sufrir tanto el equipo de Plaza, que se guardó a Cristo
en el banquillo todo el partido. Y no se esperaba sufrir tanto, no
porque le crearan mucho peligro, sino porque él tampoco lo fabricó.
Y un empate en este ritmo frenético que han impuesto los tres de
cabeza es un pinchazo de los gordos.
El
Mérida tuvo perdido el centro del campo durante gran parte del
partido. Las actuaciones de Rico y Caldera fueron lo más loable de
los noventa minutos. Mejoraron los locales cuando salió Borja para
ayudar a Amaro y Troi. Con el marcador a favor y el debutante Toni
encontró espacios, y alguna que otra ocasión. También el Díter
tuvo una buena en las botas de Aranda. Lo intentaron los de Ito con
el marcador en contra, pero sin inquietar mucho. Casi nada mereció
la pena.
Mérida
AD: Manu;
Regino, De la Cruz, Mansilla, Jonhy; Amaro, Troiteiro; Juan Germán,
Jorge Caballero (Pedro Oliva, 79'), David Alejo (Borja, 52'); y Sunny
(Toni, 67').
Díter
Zafra: Isaac;
Jesús Aguza, Piru (Emilio Díaz, 67'), Álex Berjano, Dieguito;
Toboso (Juan Carlos, 81'), Tienza, Rico, Caldera (Pla, 58'), Rubén
Fuentes; y Javi Aranda.
Gol: 1-0:
Juan Germán de penalti, min. 64.
Árbitro: Fuentes
Pérez, de Plasencia. Amonestó a los locales Regino, Jonhy y
Troiteiro y a los visitantes Piru, Toboso, Caldera, Emilio Tienza,
Aranda y Rubén Fuentes.
Incidencias: Alrededor
de 5.800 espectadores en el estadio Romano. Se guardó un minuto de
silencio por Luis Aragonés.