Bernardo
Plaza jugaba con el niño en casa. De fondo, la goleada del Barça al
Levante en Copa. O tal vez, Anna Karenina. Daniel Martín paseaba por
Cáceres con su primo Pepe, trabajando para el Grupo Abeto. Pero fue
enterarse de la desvinculación de Toni Moreno (Cáceres, 1981) del
Cacereño y coger al móvil por el cuello. Más que nada, para
acelerar la insistencia. Y ya ven, le convencieron.
En
la mañana de ayer, el artífice de cuatro ascensos consecutivos en
las últimas cuatro temporadas que jugó en Tercera les dijo que sí,
que vale, que aceptaba. Y entonces Bernardo Plaza cerró el círculo:
el único jugador que se le resistió en verano fue precisamente
Toni. Pues ya lo tiene. La plantilla que quería a su disposición.
Lo que aumenta la presión y el favoritismo del equipo, que tal vez
disponga del mejor plantel de la categoría.
«Lo
que nos hace es mucho más fuerte y competitivos», aclara el técnico
emeritense. «Eso sí, los pies en el suelo y la humildad por
delante. Que haya venido Toni significa que tenemos que trabajar aún
más». Puede jugar el nuevo delantero del Mérida en punta de ataque
o por detrás. Lo que significa que a veces jugará con Sunny y a
veces con Alejo (sin olvidar a Pisky y la posibilidad de banquillo).
O sea que Troiteiro caerá a una banda o conformará un triángulo
con Santi Amaro y Chiettino, como en Don Benito. Y se sacrificará
por tanto a un jugador de banda. «Con el nivel que hay, van a jugar
todos. Todos mis futbolistas tendrán minutos. Tenemos tantas
variantes...» piensa el Plaza.
Los
dos clubes que más han insistido por Toni han sido el Badajoz CF
(donde comparte amistad con Nauzet, Ruby, Chino, Alcázar...) y el
Mérida (donde están Cristo, Jonhy, Manu...). Pero el ariete
cacereño, antes que mirar la cifra de la nómina, ha antepuesto todo
lo que rodea al club: «Lo que más ha pesado, por delante del
dinero, han sido el proyecto deportivo que me han contado y el apoyo
de la afición. Uno ve imágenes, lee periódicos y se da cuenta del
despertar de la gente por este equipo. Eso ayuda a decidirse».
Tras
181 goles en Tercera con Miajadas, Cacereño, CD Badajoz, Sporting
Villanueva y Arroyo y tres en Segunda B con, precisamente, Cacereño
y Arroyo, el jugador ancla en el Romano «para ayudar en lo que
podamos, no sólo goles. Daré mi granito de arena para conseguir el
objetivo».
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